Spencer

Spencer es otra de las películas de las que hablaremos en los próximos meses que hizo su debút en El Festival Internacional de Cine de Venecia, es la magnífica película de Pablo Larraín sobre la princesa Diana y cómo era la vida que la estaba matando, como se liberó de la vida que eligió y como se convirtió en una estrella.

Todo comienza con un guiño inexpresivo en Sandringham Estate, una enorme mansión rural de seis pisos de 80 hectáreas en la costa de Norfolk, cuando llega un convoy militar, portando cajas que parecen contener armas de gran tamaño; pero sólo llevan comida, cascadas de frutas y verduras, langostas enormes. Todo lo necesario para la preparación del fin de semana de Navidad de tres días, que la familia real británica pasará ahí. El consumo de alimentos frescos, dulces, salados, deliciosos, opulentos en su abundancia, estará en el centro de las festividades. La película se entrecruza entre estos rituales de cocina y la visión de un pequeño automóvil deportivo verde que trabaja en el campo, siendo conducido por Lady Diana, la princesa de Gales, interpretada por Kristen Stewart; el fin de semana ni siquiera ha comenzado, y la película ya nos deja saber dos cosas, se está separando y que está perdida.

Diana, conduce mientras trata de sostener un mapa, debería saber donde se encuentra es el lugar donde creció muy cercano a Sandringham. Pero está de mal humor; ha perdido su brújula espiritual. Así que se detiene en una gasolinera y entra en el café para pedir ayuda. escuchar a Kristen Stewart decir esas líneas te da un hormigueo, las palabras son suaves y caen en un susurro, una sinceridad de niña que es a la vez imperiosa y coqueta, nos deja ver a una Lady Di que está al mando de la habitación, sintiendo el poder en ella, pero también parece que quiere derrumbarse.

Kristen Stewart no solo hace una interpretación, hizo una completa transformación, cambió su aspecto, su ritmo, su karma, al verla como vemos un eco, una mujer de elegancia de creación propia, con una luminosidad que irradia, excepto que parte de ella ahora está impulsada a aplastar ese resplandor, porque su vida se ha convertido en un desastre.

Spencer retoma el mismo espíritu de Jackie, del mismo Director Larraín, el drama de 2016 en el que Natalie Portman interpretó a Jackie Kennedy durante la semana siguiente al asesinato de JFK. Spencer, también encuentra a su protagonista viviendo un momento fatídico y de transición, igual de buena e incluso puede llegar a ser mejor.

Toda la película se desarrolla durante las vacaciones de Navidad, 10 años después de la boda de Diana y el Príncipe Carlos en 1981, y toma la forma de un diario de lo que Diana estaba pasando cuando se dio cuenta de que su desencanto con la vida se volvió exhaustivo.

En la película, vemos a una princesa, una mujer de poder, que es tratada como una niña. El Mayor Gregory, interpretado por un Timothy Spall demacrado y de aspecto severo, ha sido llevado a las instalaciones para vigilarla, su mirada atenta la hace sentir como un insecto inmovilizado. La dama de compañía de Diana, Maggie interpretada por Sally Hawkins, quien es su confidente, es despedida, no puede haber secretos, en Sandringham, las paredes tienen oídos.

Spencer es un drama que se mantiene lo más cerca posible a todo lo que sabemos sobre Diana. Al mismo tiempo, la película tiene una extravagancia poética. El notable diseño de producción de Guy Hendrix Dyas, convierte los interiores de Sandringham en una profusión de texturas que bailan ante nuestros ojos, las cortinas estampadas, el papel pintado dorado, los paneles tallados, la cálida luz de los candelabros, las pinturas, tapicería y los espejos. 

La partitura jazzística de Jonny Greenwood parece tener una canalización directa a las emociones de Diana. Larraín coloca a Lady Di en este lujoso palacio de escapada como si estuviera haciendo una versión Real del Resplandor, aunque parte de lo que es alentador de la película es que los miembros de la familia real han llegado a pensar que Diana es el monstruo. Consideran la atención que recibe como una amenaza para quienes son, y tienen razón. Lo que están negando es que los medios están creando un nuevo mundo que los va a exprimir.

Nadie obligó a Diana a convertirse en una de la realeza. A los ojos del mundo, ella está viviendo el sueño y se había convertido en nuestra Cenicienta de la vida real. Spencer tiene el atrevimiento y la imaginación de retratar a Diana no como una princesa, o como una rebelde, sino como la mujer de carne y hueso idiosincrática que era, y la película crea una proyección onírica de su vida interior. Sí, tiene riqueza, comodidad, privilegio, fama, pero la vida dentro de la jaula dorada de la familia real también es sofocante, como ella explica a sus hijos, William (Jack Nielen) y Harry (Freddie Spry), eso es porque es una vida que hace que el tiempo se detenga. Solo hay un tiempo tenso, no hay futuro, el pasado y el presente son la misma cosa.De lo que está hablando es de una existencia en la que la tradición es un código para lo que ha sido y lo que siempre será. No hay lugar para nada que no sea tradición. 

La película representa la bulimia de Diana con una franqueza desarmante, es un secreto a voces al que incluso Carlos hace referencia, pero parte del drama de cómo se retrata es que no es solo un trastorno alimenticio, es la forma de Diana de rechazar las cantidades industriales de comida, parte de lo que la realeza usa para adormecerse. 

Spencer presenta a Diana atrapada en un matrimonio sin amor con un hombre tímido que la traiciona abiertamente. No es raro, pero como ella es de la realeza, no puede dejarlo, se encuentra efectivamente encarcelada. Sabe que debe usar el magnífico collar de perlas que Charles le consiguió, pero también consiguió el mismo collar para Camilla Parker Bowles, su amante, a quien se ve fuera de la iglesia en la mañana de Navidad. 

Diana encuentra una biografía de Ana Bolena, la esposa que Enrique VIII acusó de adulterio y decapitó para que pudiera casarse con otra persona, ella comienza a sentir a Bolena como un espíritu guía. Larraín escenifica una extraordinaria escena de cena en la que Diana contempla las miradas de Carlos, la Reina, entre otros que han empezado a darse cuenta de que se está desmoronando. ¿Cómo resolver un problema como Diana? Pero Diana agarra las perlas alrededor de su cuello como si el propio collar estuviera a punto de matarla. Esas perlas la han estado matando suavemente. 

La audacia de Spencer es que, en espíritu y forma, es una película del género Masterpiece Theatre, quitando las conversaciones ágiles que es la sangre vital de esta película. En comparación de The Crown donde se niega a Diana, porque la familia real es demasiado aburrida como para hablar mucho., el guion de Steven Knight crea su propia inteligencia seductora, en el diálogo de Diana, que consiste en que ella arroja observaciones, a otros pero también a sí misma, como una especie de triste burla. 

Spencer es en conjunto toda una pieza de Masterpiece Theatre, con la cultura de la fantasía de alto concepto, el drama británico, el vestuario de época le grita a la audiencia que aquí hay una película en la que experimentarás un diálogo brillante y una interacción genuina entre los personajes. Se estrenará el próximo 5 de noviembre.