En esta ocasión, Domee Shi se apoya todavía más en las complejas relaciones entre padres e hijos asiáticos, con una repercusión aún más salvaje. Escribiendo el guion junto con Julia Cho.
Turning Red es una rara mezcla entre The Joy Luck Club, Carrie y Hulk obviamente manteniendo el tema juvenil para conseguir una clasificación PG.
Empezamos la trama a inicios del siglo, con una niña de 13 años de nombre Meilin Lee, con la voz de Rosalie Chiang, en el barrio chino de Toronto. Mei es un obediente overachiever, el ejemplo de un excelente estudiante que pasa su tiempo libre ayudando a sus padres en un templo construido en honor a sus antepasados Chinos.
El padre de Mei es tímido y casi siempre se mantiene al margen, pero la madre, Ming, con la voz de Sandra Oh, supervisa cada instante de la vida de Mei al grado de ser hostigante, ya que vigila tanto los estudios como la vida social de su hija, esperando de que no se vea demasiado influenciada por el estilo de vida canadiense.
Pero Mei, tiene intereses propios como cualquier adolescente. Está empezando a notar a los chicos, ella y su grupo de amigos están obsesionados con una banda parecida a N'Sync.
Una mañana ocurre una metamorfosis al estilo de Kafka, o de cualquier película de hombres lobo, descubriendo que se ha convertido en un enorme panda rojo, con un pelaje naranja rojizo brillante con una cola larga y tupida. Por lo que le da un ataque de pánico.
La transformación de Mei es claramente una metáfora del inicio de la pubertad, ya saben, esa época de la vida cuando tu cuerpo te traiciona y se vuelve irreconocible, pero la también resulta ser el resultado de magia china antigua que se ha transmitido en las mujeres de la familia de Mei por generaciones.
Mei se da cuenta de que el panda aparece al experimentar emociones intensas y cuando se calma se vuelve a transformar en humano.
La solución que su madre le da es muy sencilla, suprimir sus sentimientos y eso hará que el panda no aparezca más. Pero cuando sus amigos se enteran del panda, en lugar de espantarse, piensan que es lo más genial del mundo.
Esto ocasiona que Mei se vuelva muy popular y empieza a disfrutar de su vida como nunca, por lo que empieza a cuestionarse si el panda, en vez de ser una situación vergonzosa, es en realidad la expresión más pura de ser feliz.
Turning Red da mucho con que lidiar, y mucho que ver, como ya es costumbre en Pixar se incorporan muchos detalles que tienes que buscar en la película, en ésta ocasión se cuentan con infinidad de referencias asiáticas, tanto en la historia como en la animación, se pueden ver influencias de anime en el diseño de personajes; Mei cuando es panda tiene las dimensiones y las proporciones de Totoro de Hayao Miyazaki quien por cierto tiene su propio cameo en Toy Story 3. El clímax está cargado de adrenalina y acción, un digno tributo a las películas del género kaiju como Godzilla y las épicas de artes marciales como Crouching Tiger, Hidden Dragon
Y así, niños es como, Turning Red nos cuenta una historia sobre la vergüenza, la represión y la ansiedad social, mientras se desenvuelve la tensión y la vergüenza de Mei en su debate entre familia y amigos. Aunque hay momentos que parecen exagerados para beneficiar la comicidad, especialmente con la madre de Mei, que notoriamente fue concebida bajo el estereotipo de madre tigre.
Puede ser una trama ridícula, pero en Pixar incluso la narrativa más extravagante tienen su propia lógica, confrontando el desorden de la pubertad con una honestidad refrescante.
Turning Red sabe que la vida adolescente puede sentirse como una película de acción algunas veces o como una película de acción otras, felizmente ahora es una película de Pixar.
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