Una de las películas más sonadas en el Festival de Cine de Cannes del 2022 es sin duda Crimes of the Future, del director David Cronenberg el director del terror corporal.
Una vez que se analiza un poco, encuentras que tiene una sátira analógica retro futurista con un poco de biotecnología ósea, pero es lo más Cronenberg que ha hecho Cronenberg en un buen rato.
Un rompecabezas de ciencia ficción visceral donde hay operaciones en prótesis de goma con declaratorias que establecen que la cirugía es como el nuevo sexo.
El código genético de Videodrome, Crash y Existenz está disperso por todos lados, de hecho el título es reciclado de una película del mismo Cronenberg de 1970. Si fuera una banda musical, sería como el álbum Greatest Hits.
Después del prólogo donde un niño está masticando un cubo plastificado, se presenta el personaje principal, Saul Tenser, interpretado por Viggo Mortensen, que tiene la extraña habilidad de desarrollar nuevos órganos internos puede demostrar; lo que puede ser un nuevo paso en la evolución humana, en vez de crear una historia de origen de algún super héroe, Saul decide hacer arte de demostración o de performance, y cada que un nuevo órgano está listo dentro de su cuerpo, su compañero Caprice, interpretado por Léa Seydoux, se lo tatúa para después extirparlo en frente del público.
Como era de esperarse, no todos son amantes del arte, de hecho el gobierno está en alerta por la velocidad con la que la población está empezando a mutar, el dolor y las infecciones son cosa del pasado, y cuando no hay limitantes, la sociedad empieza a mover el límite de lo que es capaz de hacer.
Se crea el Registro Nacional de Órganos que está vigilando de cerca el último órgano de Saul, dentro del registro trabajan dos de los más grandes admiradores del artista, Wippet, interpretado por Don McKellar, y Timlin, interpretada por Kristen Stewart, que realmente aparece poco.
Un policía, intepretado por Welket Bungué de la Nueva Unidad de Vice tiene una asignación secreta durante la noche en la parte antigua del muelle, donde descubre que una persona prácticamente desconocida, interpretado por Scott Speedman, le ha encargado a Saúl que haga una autopsia pública a su hijo.
Siguiendo un formato de thriller de misterio Crimes of the Future puede definirse como provocativa, con muchas imágenes repulsivas que hacen avanzar a la trama donde la se vuelven todavía más repugnantes. Donde hay más ideas de las que se podían escribir en el guión y por ende en la película, que mantiene su ritmo lento deliberadamente por la ciudad sin nombre que vio nacer a Saul.
Caprice es la que más destaca por su preocupación, metafóricamente lleva su corazón en la manga, mientras que el resto del elenco imita el tono de Viggo que habla entre secretos y tosiendo.
El largometraje pudo haber sido un poco más eficiente si se hubieran presentado varios de los personajes en diferentes locaciones, haciendo verdadera la tendencia social, en vez de localizarla en varias puestas en escena clandestinas. Eso levanta la idea de que el presupuesto de Cronenberg no alcanzó para realizar su visión con el detalle que esperaba. Los artistas son superestrellas, aunque los músicos callejeros pueden congregar a multitudes más grandes que Saul y Caprice.
En vez de crear una distopía estéril y sin rasgos distintivos, parece más probable que la producción encontrara algunos edificios sucios y vacíos en Grecia sin tener el dinero para poner algunos muebles o decoración.
El guión deja toda la trama suelta, como si fuera el episodio piloto de una mini serie de ciencia ficción en alguna plataforma de streaming, si se pudiera mantener éste elenco con la premisa, podría ser una fantástica mini serie, pero no es suficiente para una película.
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