Por fin, es oficial la participación de Alejandro González Iñárritu en el 79.º Festival de Venecia el próximo 31 de agosto, con su próxima película Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, se dice que es el proyecto más personal del cineasta, y cuenta con la participación de Daniel Giménez Cacho, Griselda Siciliani y Ximena Lamadrid. El filme tendrá su estreno en el festival para posteriormente tener su tiempo en Netflix.
La plataforma define a Bardo como una experiencia épica, inmersiva y sorprendente visualmente, contrastando el viaje personal y conmovedor. Silverio, un periodista y documentalista de renombre que vive en Los Ángeles, que ha ganado un prestigioso premio internacional por sus logros, después de eso, regresa a su país por motivos de fuerza mayor, sin saber que llegará a un límite existencial durante el recorrido.
Las memorias y miedos de Silverio se han filtrado por toda su vida cotidiana, dejándolo perplejo y asombrado. Hay una profunda emoción con muchas risas, pero al mismo tiempo hay preguntas universales y personales sobre temas como identidad, el éxito, la mortalidad, la historia de México y los lazos familiares con su esposa e hijos. En esencia, lo que es ser humano hoy en día.
Hay demasiado talento en toda la película, tanto en la pantalla como en el equipo detrás de cámaras, empezando por Daniel Giménez Cacho, que interpreta a Silverio Gama, ganándose el calificativo de actuación extraordinaria, el director de fotografía es Darius Khondji, a quien recordaran de Amour o Se7en, quien retoma el formato de 65 mm para la cinta. La historia fue escrita por el mismo Iñarritu junto con Nicolás Giacobone, un escritor muy importante que nos dio Birdman y Biutiful.
Cuenta con el diseño de producción de Eugenio Caballero, ganador del Oscar por Roma y por El Laberinto del Fauno, además del vestuario de Anna Terrazas, a quien recordamos de The Deuce y Roma.
Bardo, anuncia el regreso del director a México y al Festival Internacional de Cine de Venecia, la última película que Alejandro filmó completamente en territorio nacional fue Amores Perros por allá del 2000, y la última visita a Venecia fue en el 2003 con 21 gramos.
No será un festival sencillo, dentro de la competencia se encuentran The Whale de Darren Aronofsky, el drama de Ana de Armas, donde interpreta a Marilyn Monroe en Blonde y Bones and All de Luca Guadigino, donde estelarizará Timothée Chalamet. Eso y más nos brindará la 79.° edición del festival de cine más antiguo del mundo.
Gracias a Bardo, Netflix tendrá asientos de lujo en el festival, ya que se completan tres títulos de la distribuidora en la competencia principal:
Blonde de Andrew Dominik, protagonizada por De Armas.
White Noise de Noah Baumbach con Adam Driver y Greta Gerwig, que inaugurará el festival el 31 de agosto.
Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, llegará a los cines a finales del 2022, para después estar expuestas en Netflix, quien compró los derechos de distribución el pasado mes de abril. Desde ahora estaremos siguiendo la película, porque puede ser el siguiente éxito mexicano.
Reseña
Es muy importante establecer, que es lo que significa Bardo, antes de poder ver la película de casi 3 horas. Bardo es el nombre budista para después de la muerta, pero antes de la resurrección, digamos que es una especie de limbo.
Para la mayor parte de esta bonita y bien desarrollada película, el director, productor, coguionista, editor y compositor nos comparte la información de que el alma en cuestión es de Mateo, el hijo del aclamado periodista y cineasta Silverio, interpretado por Daniel Giménez Cacho y su esposa Lucía, interpretada por Griselda Siciliani. O tal vez sea el estado terrenal de Silverio, donde da vueltas entre dos vidas, una como expatriado en Los Ángeles y otra éticamente incómoda en la Ciudad de México. Pero todo resulta ser diferente en una película muy personal para el autor, que nos ofrece un carrusel de imágenes en busca de alguna conexión.
Todo inicia en un parto en reversa en donde el feto es empujado hacia la vagina, una descripción un poco loca de Iñárritu que demuestra todo un collage de escenarios absurdos, incluso surrealistas.
Después vemos como Silverio se une a los inmigrantes ilegales que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México, lame los senos de una estrella porno y escala un montón de indígenas muertos y desnudos para después discutir la invasión española con Hernán Cortés.
Posteriormente, regresa a su infancia para encontrar a su papá, que ya está tirado muerto en el baño, En otro lugar, retrocede a la infancia para encontrarse con su padre; mientras tiene sexo con su esposa, y luego descubre a un bebé que está coronando, o simplemente está bailando canciones de David Bowie a cappella en una fiesta.
Estamos en un mundo donde las personas declaran que el anfiteatro del sol genital es estiércol, la cinta se va desarrollando mientras visita un tren inundado donde estamos buscando ajolotes, o caídas inexplicables en la calle, manejando la narrativa de una manera muy peculiar.
Definitivamente, es un trabajo muy ambicioso, cinematográficamente hablando, que está a la altura de 8 1/2 de Fellini, no es una opción obvia para una plataforma de streaming que está más orientada al mercado joven. Pero la cinta divaga en la mente de un cineasta mexicano exitoso que se está bañando en sus propias dudas e inseguridades, pero también podemos encontrar mucho alardeo de humildad. Silverio bien puede ser una proyección de Iñarritu, un alter ego, es expatriado de clase media, canoso, de sesenta años, no se ha vendido tanto como sus antiguos colegas de televisión, eso tampoco significa que haya hecho lo correcto por su país ignorándolo y él lo sabe.
Alejandro González Iñárritu tiene un don al momento de equilibrar la narrativa líneal con segmentos abstractos. Bardo (o la falsa crónica de unas cuantas verdades), tiene mucho parecido estilístico con Birdman de 2014, pero por algún motivo se siente mucho más personal, aunque no es de sorprender que sus películas traten sobre la condición humana. Este es obviamente un proyecto personal y muy apasionante del cinco veces ganador del Oscar, posiblemente haya tomado inspiración de su propia vida pasada, presente y futura.
Lo impresionante es que fusiona historia mexicana con escenarios modernos, perfectamente bien organizados. En mi humilde opinión, es posible que Iñárritu esté apuntando mucho más alto de lo que ha hecho antes, aunque estoy consciente de que otras personas van a pensar diferente.
El tercer acto de Bardo (o la falsa crónica de unas cuantas verdades) está lleno de metáforas, motivos y comentarios sociales, pero al mismo tiempo presenta por primera vez a Silverio y a Lucía, en sus interacciones más perturbadoras psicológicamente hablando, pero esa metáfora recurrente es importante para la historia de la familia, aunque tiene una sensación de aprensión.
En muchas ocasiones, Bardo puede sobrepasar los límites de la narración visual con imágenes profundas que están diseñadas para impactar y permanecer en la memoria por un buen tiempo, aunque tengo que admitir que el estilo es de un gusto adquirido.
Podrá ser catalogada como autoindulgente por personas que posiblemente no tendrán la paciencia suficiente de contemplar la película, aunque autoindulgente no necesariamente es una insulto. Tiene la personalidad y la energía del director, lo que la hace aún más fuerte.
A pesar de que la película se puede considerar un poco abstracta, abarca temas generales con los que muchos espectadores podrán identificarse, ya que la narrativa refleja creativamente el mundo en el que vivimos.
Los lazos de la cinta con México es lo que la hace aún más especial, es verdaderamente digno de contemplar en su gran magnitud.
Bardo (o la falsa crónica de unas cuantas verdades) será una película extremadamente divisoria, algunos la encontrarán desconcertante, debido a que trata de mantenerse concisa mientras que la narración se prolonga, y posiblemente habría sido más profunda si no estuviera tan repleta.
Algunas personas podrán pensar que tres horas es demasiado para la película, pero si lo que te gusta son las historias que te hagan reflexionar sobre simplezas de la vida, como el simple hecho de estar vivo, entonces Bardo puede ser la película para ti.
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