Good Night Oppy es un documental dirigido por Ryan White, con una partitura exuberante y edificante creada por Blake Neely, sobre los dos exploradores de Marte más famosos de la NASA, es tan bueno que seguramente será un anuncio publicitario para algo. Sin embargo hasta ahora la bonita y brillante película es franca en cuanto a lo que vende, la magia de la ciencia.
Estrenada originalmente en el Festival de cine de Toronto, la película sigue a sus protagonistas, de una manera similar a la película WALL-E, desde su lanzamiento en 2003 hasta sus respectivos ciclos de vida en el Planeta Rojo, aunque la misión original sólo iban a durar 90 soles, que es la denominación para un día en Marte, pero en realidad tardaron varios años hasta que los robots finalmente se pudieran retirar, mientras la gente que los hizo los observaba a una distancia de 500 millones de kilómetros de distancia.
No nos podíamos imaginar que la búsqueda de agua en un paisaje infernal alienígena fuera una historia tan conmovedora, por lo menos, nadie volverá a cometer ese error.
Contiene una efusiva narración por parte de Angela Bassett, sobre los testimonios de los científicos de la NASA que llegan a comparar a los robots con sus seres queridos, además de unos cuantos mensajes demasiado personales de los propios robots, o de la Inteligencia Artificial que los controla, como, mi batería está baja y está oscureciendo, ya hacia el final de la película. El filme está decidido a forjar el mismo tipo de conexión emocional con sus robots de metal de la misma forma que E.T. hizo con su arrugado personaje titular, y es que Amblin Entertainment, es parte de la mezcla en la producción.
Se describe un momento histórico en los esfuerzos de la humanidad por comprender nuestro lugar en el universo, presentando los viajes de los robots en términos sentimentales, lo cual puede opacar el asombro y la maravilla que la película trata de entregar. Como resultado, funciona mejor como un ejemplo clínico del papel que la emoción humana tiene en el progreso científico; haciendo que sea fácil apreciar por qué un grado de sentimiento antropomórfico es tan crucial para nuestra búsqueda del conocimiento.
No importa qué herramientas creemos para explorar el sistema solar por nosotros, siempre miraremos las estrellas a través de nuestros propios ojos. No muestra Marte tal y como lo vieron los rovers, sino como una amplificación imaginaria de las imágenes que enviaron. Es algo obvio que la cinta no explica, de hecho, los propios vehículos son en realidad creaciones fotorrealistas creadas por los magos de Industrial Light and Magic. Es extremadamente fácil olvidar que no tenemos acceso a imágenes tan sorprendentes de mundos extraterrestres; sólo cuando se describe el aterrizaje de los rovers en Marte a través de secuencias fascinantes pero imposibles, el espectador tiene que desengañarse por completo de cualquier manipulación de la realidad.
A pesar de las imágenes de archivo y de las entrevistas de los comentaristas, esta película se hizo por computadora, con la intención de dividir a la NASA de Pixar, utilizando nuestra imaginación empática para tender un puente entre los humanos en la Tierra y los robots en Marte. Spirit y Opportunity incluso hacen simpáticos efectos de sonido mientras ruedan por el desierto marciano, de la misma forma que los ruidos que crean mientras se lanzan por el cosmos, son invenciones de la película, pero por otro lado, uno de los robots realmente se asustó de su propia sombra, lo que provocó un mal funcionamiento durante un tiempo.
Y no es que los ingenieros de la NASA no hayan intentado hacer que los robots sean lo más adorables posible. Aunque los robots no alcanzan el encanto de WALL-E, sus brazos articulados, sus cámaras con forma de ojo y su forma de andar nos obliga a humanizarlos.
Llegan a ser incluso infantiles, puede que Spirit y Opportunity hayan sido diseñados para ver Marte desde la altura de una persona adulta promedio, pero las personas que trabajaron en ellos parecen haber pensado en los robots más bien como hijas gemelas, a las que criaron en la Tierra antes de enviarlas en un viaje de ida, muy lejos, fuera de casa. ¿Qué mejor metáfora de la paternidad que pasar 16 años de tu vida preparando algo para un futuro que no puedes imaginar?
Opportunity es el niño perfecto, mientras que Spirit se compara con un adolescente que se niega a dejar de jugar a los videojuegos; el alivio y la euforia que vemos en los científicos de la NASA cuando los rovers aterrizan con éxito en Marte es el de 100 padres que ven a sus hijos desafiar las probabilidades y desarrollar su potencial. Ese potencial se materializa en el descubrimiento por parte de los robots de hematita, un mineral que suele formarse en presencia de agua.
La relación entre los robots y sus creadores se profundiza a medida que las máquinas superan con creces sus expectativas y pasan a cumplir los objetivos de la NASA, con Oppy sobreviviendo durante tanto tiempo que su misión es más bien una profecía autocumplida, ella es la vida en Marte.
Esto podría ser más fácil de apreciar si no se hubiera forzado todo al punto de que incluso los comentarios más conmovedores, como el de la empleada de la NASA cuya propia abuela empezó a sufrir demencia al mismo tiempo que la pequeña Oppy empezaba a volverse olvidadiza y artrítica debido al polvo que se acumulaba entre los cables, se ven empañados, dando como resultado una reacción inversa a la que se quiere provocar al grado que la propia reacción se vuelve más convincente que lo que la inspira.
¿Se habría preocupado el mundo por estos robots si no fuera por lo mucho que nos proyectamos en ellos?, ¿Habría inspirado la NASA a las mentes más brillantes de hoy y de mañana a dedicarse a la causa si no fuera porque Spirit y Opportunity despertaron la imaginación? ¿Habrían sobrevivido los rovers tanto tiempo en Marte si no hubieran sentido el amor de la gente en la Tierra? Puede que Good Night Oppy no inspire de la misma forma a todos, pero si defiende de una forma muy convincente de lo que necesitamos experimentar si es que queremos ver lo que hay más allá del próximo horizonte.
Good Night Oppy estará disponible en algunos cines a partir del 4 de noviembre y en Amazon Prime a partir del 23 de noviembre, lo cual me dice que habrá una promoción para los Oscares el próximo año.
Excelente, ya quiero verla. Gracias por compartir
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