She Said, es una pelicula norteamericana dirigida por Maria Schrader, que sigue un procedimiento periodístico al estilo de Spotlight, trata de la historia de Megan Twohey y Jodi Kantor publicado en el New York Times el día 5 de octubre de 2017, sobre una de las historias que habian estado en rumores por años.
Uno de los hombres más poderosos de Hollywood, Harvey Weinstein, quien hiciera películas exitosas en taquillas e incluso ganando incluso tres premios Oscar a la Mejor Película, era un depredador sexual en serie cuyos abusos fueron encubiertos por su propio estudio, MIRAMAX, con pagos de dinero a cambio de silencio.
Ese reportaje impulsó la revelación del movimiento #MeToo, genero la salida de altos ejecutivos y cambios sistemáticos que han dado a las mujeres más oportunidades y más protección en la industria cinematográfica, al igual que en otros lugares.
La película está basada en el libro que las mismas Twohey y Kantor escribieron sobre la investigación del artículo y como consiguieron que las mujeres hablaran. Megan Twohey es interpretada por Carey Mulligan, y Jodi Kantor por Zoe Kazan.
La cinta logra equilibrar la investigación con las vidas de las dos reporteras, la cual es consumida por la historia. Megan está pasando por depresión posparto, mientras que Jodi tiene hijos pequeños; pero cuando reciben una llamada; no pueden desperdiciar cualquier oportunidad de hacer crecer su investigación. También nos deja muy claro el apoyo que reciben por parte de sus respectivos maridos y de sus editores.
Se trata de una película sólida, convencional y hábilmente realizada, las protagonistas tienen una actuación excelente, además de que cuentan con un gran apoyo por parte de los actores de reparto, entre los que podemos destacar a Patricia Clarkson y Andre Braugher como los editores.
Jennifer Ehle y Angela Yeoh son dos de las mujeres víctimas de Weinstein. Y se disfruta particularmente la participación de Peter Friedman como el abogado Lanny Davis, con su frase, vamos, aquí todos somos amigos. La frase de un Licenciado que vale lo que solo el 0,01% puede pagar.
El filme deja claro como se faculta a los hombres poderosos y cómo se silencia a las mujeres atacadas. ¿Crees que hablar podría detenerle?. Es lo que quieren saber las supervivientes, gravemente traumatizadas. Como dice el viejo refrán, cuando una olla de hierro golpea una olla de barro, la olla de barro se rompe y cuando una olla de barro golpea una olla de hierro, la olla de barro se rompe. Harvey Weinstein era la olla de hierro.
Tenía dinero y poder, nunca dudó en decir a las jóvenes que podía asegurar sus carreras o hacerse cargo de que no tuvieran ni siquiera una oportunidad; para después pagarles para que firmaran acuerdos de confidencialidad. Las mujeres eran, inevitablemente, humilladas, tanto las que no podían decir que no como las que sí. Casi siempre se culpan a sí mismas, porque hay tantas razones para no decir nada.
Las escenas con Weinstein y sus abogados son lo mejor de la película, resultando desesperante ver como Weinstein se salió con la suya durante tanto tiempo, pero decepciona un poco el hecho de que no pudimos escuchar los nombres de los miembros del consejo de administración que seguían dando el visto bueno a los pagos silenciosos. Y aún más desalentador es pensar en lo raro que es dedicar esos recursos a silenciar escándalos.
Al igual que en Spotlight y All the president's men, se ofrece una visión reveladora de la monotonía, la persistencia y la frustración del periodismo de investigación, pero cuando existe la posibilidad de que alguien esté dispuesto a hablar de una historia realmente grande, el periódico no duda en enviarlos a miles de kilómetros de distancia. Es inspirador ver la integridad y dedicación de los reporteros y sus editores.
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